El Ejército peruano reprime a cientos de migrantes, en su mayoría haitianos, que intentan ingresar al país andino escapando de la variante brasileña de la covid, el dengue y el desempleo.
Más de 400 personas desplazadas por el desempleo, el miedo a la variante brasileña de la covid y el dengue viven desde hace casi una semana varadas en la frontera amazónica entre Perú y Brasil. Los migrantes –en su mayoría haitianos, aunque también se cuentan nacionales de Burkina Faso, Senegal, Bangladés, india y Pakistán– buscaban salir de Brasil por la frontera con Perú en el Puente Internacional de la Amistad, que une a ambos países, pero el Ejército y la policía peruana los han recibido con golpes y empujones.
Los desplazados aguardan en el municipio brasileño de Assis, el último pueblo del Estado de Acre en el lado brasileño de la frontera. El vicario apostólico de Puerto Maldonado, la ciudad que sirve de vía de acceso a la selva amazónica en el sur de Perú, ha pedido a las autoridades de ambos países una solución a la crisis que viven los desplazados. El jueves, Brasil respondió con el envío de fuerzas militares para hacerse cargo del control fronterizo por 60 días.
Este viernes, el director general de Migración de Guatemala, Guillermo Díaz, ha dicho a la prensa que tiene información de que los migrantes haitianos podrían llegar atravesando Perú a su país o a Panamá rumbo a Estados Unidos. “Se ha obtenido información extraoficial, por lo que las autoridades migratorias de la región se preparan para poder atenderlos”, ha declarado.
Los medios locales de ambos países reportan que los desplazados pretenden viajar hacia Tumbes, al norte de Perú, para llegar a Ecuador, y de allí a otros países. El martes, un comunicado de los Ministerios del Interior y de Defensa peruanos dijo que expulsó a 450 inmigrantes y que seguirán vigilando la frontera. ”Están queriendo salir para hacer su ruta hacia Panamá o diferentes destinos, algunos quieren retornar a Haití”, indicó monseñor Martínez de Aguirre, vicario de Puerto Maldonado.
Mujeres y niños estuvieron entre los más afectados por la represión de las fuerzas del orden en el distrito peruano de Iñapari. Los lesionados fueron atendidos por personal de salud peruano, que también tomaron pruebas de diagnóstico covid-19. Tres que dieron positivo fueron expulsados al lado brasileño, y Luis Hidalgo, el gobernador del Departamento [Estado] de Madre de Dios, en el sureste de Perú, ha pedido el envío de 400 pruebas de diagnóstico, según la radio local.
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