Moisés Naím, escritor y columnista venezolano, entrevistó al Comisionado del Centro de Gobierno, Leopoldo López, sobre sus años de injusto confinamiento en la prisión militar de Ramo Verde y el porvenir de la lucha democrática en Venezuela.
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“Fue un momento de emociones muy cruzadas y allí tomé la decisión, de entre las tres que tenía, de poder ir a la clandestinidad, irme al exilio, o presentarme ante una justicia injusta”, le confesó López en el programa Efecto Naím sobre el día en que se entregó para evidenciar el carácter dictatorial del régimen de Nicolás Maduro.
Asimismo, afirmó que nunca se arrepintió de tomar esa postura, pese a las humillaciones contra su familia y su persona.
“Tenía una profunda convicción de lo que estaba haciendo y, sobre las consecuencias de los muertos que hubo, de los heridos que hubo, creo que es un error pensar que eso es responsabilidad de quien convoca una protesta pacífica y no responsabilidad de una dictadura asesina”, enfatizó.
Sobre su salida de Venezuela, luego de estar alojado en la residencia del embajador español, López describió la planificación que ideó junto a personas muy cercanas.
“Me dediqué a buscar mecanismos para ver las cámaras de seguridad que están en la embajada y eso me permitió saber a qué hora la policía hacía el cambio de guardia y cuál era la hora de más vulnerabilidad y, lo más importante: un punto ciego que me permitiera salir”, comentó el Comisionado.
Ya respecto al ansiado reencuentro familiar en libertad, López confesó que se trató de “un momento de mucha emoción, la primera vez que pasamos unas Navidades juntos en ocho años”.
El líder de Voluntad Popular y fiel apoyo del presidente encargado, Juan Guaidó, estima que “yo no estoy totalmente libre hasta que no esté en Venezuela y, sobre todo, pienso en las millones de familias que hoy están divididas”.
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